Algunas disertaciones sobre la pobreza

Libertad Araujo 

El insigne maestro Simón Rodríguez consideraba que “el hombre no es ignorante porque es pobre, sino al contrario”. En otras palabras el conocimiento es la mayor riqueza que los seres humanos podemos ostentar, está libre de bancarrota o de quiebres financieros. No tiene perdida, ofrece un crecimiento continuo, se acumula y  ofrece seguridad. 

El tema de la pobreza llama a una profunda reflexión. Según cifras del Banco Mundial, la población empobrecida en el mundo se eleva a un 80%.  Algunos organismos internacionales se han unido para hacerle frente a este flagelo, entre ellos se encuentra la ONU, cuyo propósito es reducir la pobreza extrema a la mitad para el 2015. 

Para la revolución bolivariana, combatir la pobreza, se ha convertido en un reto y su propuesta de solución ha sido a través de las misiones.  Las misiones se definen como instrumentos de construcción de una sociedad de iguales. Por ese motivo se han ampliado las oportunidades de estudio para todos,  sin exclusiones. Fundamentalmente están dirigidas a los sectores de la población venezolana mas necesitados, su diversidad abarca la educación, la salud, la formación para el trabajo, la seguridad y defensa del Estado venezolano, la conservación, la alimentación,  y muchas  otras.

Su ejecución  causó  impacto en el país, sobre todo la Misión Robinson, por haber sido la primera, por su método y lema “Yo sí puedo” y porque logró que un millón quinientos mil  compatriotas aprendieran a leer y escribir, en menos de un año. Esos resultados permitieron que en el año 2005 la UNESCO decretara a Venezuela “Territorio libre de analfabetismo”. En Venezuela la pobreza extrema disminuyó de 55.6 % en 1997 a 27.5 % en 2007, según cifras tomadas de la página Web del Instituto Nacional de Estadística. 

En conclusión puede decirse que adquirir conocimientos es una forma de salir de la pobreza.